La Ciencia como base de un futuro estable y de progreso
Comunicado de la CRUE en representación de los rectores de las universidades españolas
Los Rectores de las Universidades Españolas alzamos de nuevo la voz, 
tras los comunicados de noviembre de 2012 y mayo de 2013, para pedir al 
gobierno una apuesta firme y estratégica de aumento en la inversión en 
I+D+i, en este contexto de grave crisis económica, que tantos recortes 
ha provocado. La investigación es, sin duda, una forma de salir de esta 
situación y así lo han demostrado aquellos países que han apostado por 
la ciencia.
 El escaso aumento de 214 millones de euros en la partida de la I+D+i, 
que se recoge en el anteproyecto de los PGE de 2014, nos causa decepción
 al constatar que este incremento no compensa ni siquiera la caída de 
461 millones que sufrió el presupuesto de 2013 frente al de 2012, y 
mucho menos la enorme reducción sufrida en los cuatro últimos años. 
Nuevamente se ha hecho oídos sordos a la reivindicación que, de forma 
permanente y argumentada, viene realizando tanto la CRUE como los 
diferentes colectivos representados en la plataforma “Carta Abierta por 
la Ciencia”.
 La necesaria capacidad de innovación tecnológica no se conseguirá sin 
unos Presupuestos Generales del Estado que financien suficientemente la 
investigación básica y la aplicada. Los países más desarrollados de 
nuestro entorno han comprendido, a diferencia de lo que ocurre en 
España, que la inversión en I+D+i nos proporcionará mayores niveles de 
desarrollo, de calidad de vida y de prosperidad, que implican menores 
tasas de desempleo de jóvenes, directa e indirectamente involucrados en 
tareas de I+D+i. La CRUE reivindica, una vez más, que el dinero 
destinado a políticas de I+D+i no es un gasto, al contrario, es una 
inversión (1€ invertido en I+D+i, produce como mínimo 1,5 €).
 Pero el adecuado nivel de inversión en I+D+i solo será un motor del 
conocimiento y de la economía del país si se asocia al fortalecimiento 
de las políticas de financiación para Recursos Humanos, como base 
capital insustituible del avance de la investigación, el progreso del 
conocimiento y su transferencia a la economía productiva. La sociedad 
española difícilmente entenderá que no haya retorno de la inversión de 
sus impuestos en la formación de investigadores, que se ven obligados a 
dejar el país para desarrollar con eficiencia su actividad investigadora
 fuera de nuestras fronteras. La CRUE reivindica que se impulse de forma
 estable y decidida programas que aseguren la incorporación al sistema 
de un número suficiente de técnicos e investigadores predoctorales y 
posdoctorales: la enorme reducción de los fondos dedicados a estos 
programas en los últimos años ha dado lugar a una pérdida de capital 
humano que se refleja ya en la economía y productividad de nuestro país.
 Además, la drástica reducción de los recursos humanos destinados a I + D
 + i representa un enorme hándicap para la competitividad de los grupos 
de investigación españoles en el nuevo marco del Programa Horizonte 2020
 de la Unión Europea. Esta pérdida de capital humano se ve agravada por 
la exigua, injusta y a todas luces insuficiente tasa de reposición de 
efectivos que se aplica a las universidades españolas, en la que se 
lleva a cabo más de un 60% de la investigación que se desarrolla en 
nuestro país. Poder contratar un solo investigador por cada diez que se 
jubilan es condenar a la I+D+i de España, y con ello a la competitividad
 de su sistema de innovación y de su tejido productivo, a un 
desmantelamiento inexorable y a una ruina segura en pocos años.
 La CRUE ha acogido con satisfacción el hecho de que el gobierno haya 
mejorado la financiación del CSIC. Asimismo, recuerda que en las 
universidades se lleva a cabo dos tercios de la producción científica 
nacional y es por tanto un elemento crucial y motor del progreso 
económico y social. La Universidad española tiene además que soportar la
 subordinación de los gastos en I+D+i a los objetivos de déficit de la 
Comunidad Autónoma en que se ubica. Ello conduce, sin remedio, a no 
poder desarrollar proyectos y programas de investigación que, aun 
estando bien evaluados, no se financian en aras a conseguir el objetivo 
de déficit, aumentando la ineficiencia del sistema.
 Esta ineficiencia se agrava con la incomprensible falta de coordinación
 interministerial en los programas de recursos humanos de I+D+i, 
principalmente, así como por las ingentes trabas administrativas, 
burocráticas y de gestión que lastran la actividad científica y dañan 
irreparablemente al sistema de I+D+i. Además, los injustificables 
retrasos, algunos de muchos meses, en la publicación de convocatorias de
 programas de recursos humanos y de financiación de proyectos, están 
poniendo en grave peligro la mera supervivencia de muchos grupos de 
investigación de elevada calidad, y con ello, el mantenimiento de 
importantes líneas de investigación e innovación.
 Igualmente, se hace necesario reclamar, una vez más, la puesta en 
marcha de la Agencia Estatal de Investigación y exigir que se garantice 
una gestión eficiente de la I+D+i regida por una financiación suficiente
 y sostenible, y por una planificación estratégica e independiente.
 Los enormes recortes presupuestarios han colocado a la investigación en
 España en una situación gravísima: solo un cambio de política, radical e
 inmediato, dirigido a dotarla de un nivel de financiación comparable a 
la de los países de nuestro entorno, puede evitar que nuestro país 
pierda, una vez más, el tren de la modernidad y de un futuro de 
bienestar basado en la innovación y el avance del conocimiento.
 Pedimos, por tanto, que el Gobierno tome urgentemente decisiones para 
apoyar y salvar la I+D+i en España. Decisiones que impidan que se 
derrumbe el frágil sistema que, con el esfuerzo de los investigadores y 
con el dinero de los impuestos de los ciudadanos, hemos construido y 
desarrollado en las últimas décadas hasta acercarlo a los puestos de 
liderazgo en los que nuestro país merece estar. Solo así será posible 
salir de un modo sólido, estable y duradero de la crisis económica que 
nos afecta.

 
 
 
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